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VIVIR LA CAMPAÑA: UN TORBELLINO DE EMOCIONES Y ENSEÑANZAS

Actualizado: 5 ago

Las épocas electorales son espectaculares. Y, como bien dice la célebre frase del Carnaval de Barranquilla: “Quien lo vive, es quien lo goza”, así ocurre en campaña. Solo quienes disfrutan del deleite del proselitismo entienden a qué me refiero. Cada caminata, cada volanteada, cada reunión, cada avanzada, cada discurso… en fin, cada momento es, a la vez, simple y profundamente mágico.

Sin embargo, hay dos elementos que se vuelven claves en este proceso. El primero: la escucha. Escuchar a cada ciudadano es un ejercicio profundo de empatía y aprendizaje. Todos tienen una historia que contar. El segundo: el poder de conocer tu territorio en detalle. Ir a cada barrio, cada comuna, cada localidad, cada vereda, cada corregimiento... te lleva a otro nivel de pertenencia.

Claro, hay que aceptar que también se sufre. Hay momentos de profunda preocupación, lágrimas, tristezas. No todo es bonito. Siempre hay quien te arruga el volante en la cara, o quien te lanza improperios, simplemente porque está en otra orilla política. Se vive todo, incluso se puede ver cómo las campañas fracturan hogares o, por el contrario, logran unir a otros. Y lo digo en el sentido de que, en una contienda electoral, no todas las familias sobreviven la presión. Reuniones desde antes del amanecer hasta altas horas de la noche pueden terminar agotando a cualquiera que no viva esta fiesta con la pasión de quienes sí participan en ella.

Al final de cada contienda, llega el famoso día en que todos vamos a las urnas. Ese es el momento en que se debería reflejar la labor realizada por el candidato y su equipo. Sin embargo, no siempre es como uno espera. Y es aquí donde, cuando no hay victoria, los votantes de la campaña perdedora se sienten afligidos. Tanto es así que muchos de esos líderes fuertes, con años de experiencia, terminan diciendo: “Yo no vuelvo a hacer política”. Es comprensible; nadie disfruta de una derrota. Pero, no pasa mucho tiempo antes de que esos mismos actores sociales y políticos vuelvan al terreno, se animen, se pongan otra camiseta (de cualquier color) y participen activamente en la siguiente campaña.

En Colombia estamos a las puertas de vivir nuevamente nuestra fiesta electoral. En marzo de 2026 se elegirá al nuevo Congreso, y en mayo del mismo año tendrá lugar la primera vuelta presidencial. Hay candidatos por montones, listas a Congreso para todos los gustos. Lo importante es que vivamos esta fiesta democrática con alegría, con respeto, con humildad y, sobre todo, con mucha transparencia. La institucionalidad debe brindar las garantías necesarias para todos los participantes, desde el candidato hasta el líder en el barrio o vereda más recóndita.

Andrés Saavedra.

Junio 26 del 2025

@AndresSaavedra_ - @asaavedraluna



 
 
 

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